viernes, 14 de agosto de 2009

La vida. Reflexión I

La vida es amor, el amor es dolor, la vida es un largo recorrido repleto de dolor entrecortado por deseos de amor a veces no alcanzados.
La vida es un largo camino hacia su meta final, la muerte, la inevitable muerte.
La vida es la búsqueda continua de la felicidad, del encuentro con nuestro propio paraíso, inalcanzable casi siempre y que requiere de un éxtasis de materialismo para la mayoría de los seres.
La vida es siempre un relato épico individual, una película personal de la que no escapamos. Todos podemos ser protagonistas de un gran libro, todos vivimos repletos de sentimientos, de emociones, de deseos, de trascendencias e intrascendencias, de necesidades, de búsquedas de verdad y fe.
La fe, esa certeza en lo que no vemos, en lo inhumano, hace fuertes a las personas, las hacen capaces de vivir en sueños en la creencia de que esa misma fe nos hará libres, animosos...
La fe en la vida, ese tránsito corporal hacia un fin claramente determinado, anima hacia la felicidad, hacia la sonrisa y la alegría…
La ausencia de un ritmo vital, de un sueño cumplido, la persistencia en la derrota, en la nulidad de unas acciones, en la ausencia de creencias personales o en hechos que se vuelven cada vez más oscuros, hacen de la vida lo que realmente es, un camino que requiere sin duda frialdad, fuerza, imaginación y escasas dosis de egoísmo.

lunes, 10 de agosto de 2009

Ella

Ella tenía un sueño, su gran sueño, pero repentinamente dejó de poder soñar.
Ella tenía ilusiones, tenía una vida en la que buscaba infinitos colores llenos de luz y vivacidad, pero se dio cuenta de que dejó de poder ilusionarse, dejó de poder hacerlo.
Ella se sentía mariposa pero dejó de sentirlo porque se quedó sin alas. Simplemente se le rompieron.
Ella quería escalar pero la montaña se tornó impenetrable hasta para el más hábil escalador.
Ella deseaba desear pero un día dejó de sentir que podía hacerlo.
Ella quería ser única e irrepetible, pero un día se dio cuenta de que era simplemente una mas.
Ella amaba el renacer diario, el amanecer solar, el amancer vital.
Ella quería viajar pero se quedó sin transporte.
Para ella, la luz se apagó demasiado pronto. La noche oscura nunca dejó salir la luz del sol.
Ella era joven, inquieta, intuitiva, alegre, fértil, imaginitva, creativa.
Ella ya no está. Ella desapareció...
Dicen que evadió su cuerpo para intentar sobrevivir en un estado difuso, incomprensible para nosotros, enajenada de la común realidad.
Su cuerpo está presente, pero ella no sueña, no vuela, no viaja, no desea...
Ella sólo está pero ya no es.